Cuando hablamos del mundo Maker lo primero que nos viene a la cabeza son tecnologías como la impresión 3D, la robótica o los drones, pero lo que realmente hace a un maker no son sus herramientas si no su actitud frente a los problemas u oportunidades.Un maker tiene un pensamiento crítico ante las cosas y un modo de pensar que le lleva a crear nuevas soluciones a los problemas que se encuentra o retos que se plantea. Las nuevas tecnologías nos ayudan a desarrollar esas nuevas soluciones a los problemas pero no debemos usarlas si no hay necesidad tan solo por el hecho de que existan, pues muchas veces existen soluciones más simples y mucho mejores sin recurrir a ellas.
Un ejemplo genial es el de los científicos Manu Prakash y Jim Cybulski que tienen el reto de revolucionar la salud con nuevas ideas radicales que tengan un impacto global. Con esa misión en la cabeza Manu y su equipo buscan con mirada crítica problemas en el campo de la salud a nivel mundial en los cuales poder aportar nuevas ideas disruptivas. Su objetivo es hacer accesible al mayor número de personas esos avances para mejorar su salud. Así desarrollaron el proyecto Foldscope, un versátil microscopio hecho casi completamente de papel resistente al agua el cual nos permite ver el mundo microscópico sin el gasto que supone un microscopio convencional.
Fuente: KQED
El Foldscope está diseñado para llevar al mundo microscópico a las manos de la gente de todo el mundo. Con él podemos ver células, embriones, bacterias y mucho más. Pero lo mejor de todo es que consiguieron hacerlo accesible a todo el mundo reduciendo su precio a ¡50 céntimos de dólar!
Aquí os dejamos un vídeo donde Manu habla de su invento en una charla TED:
El proyecto es hoy una realidad y fue enviado ya a más de 50.000 personas después de realizar una campaña de financiación colectiva. Ahora su nuevo objetivo es que llegue a más de un millón de personas.
Pero este pensamiento crítico no finaliza cuando haces un proyecto si no que esa capacidad junto con las ganas por mejorar el mundo hace que veas oportunidades de mejora en muchas cosas. Así Manu y su equipo con el dato de que en el planeta hay un millón de personas que no tienen acceso a la electricidad, ni carreteras pero tienen los mismos problemas de salud que todos nosotros, lanzaron ahora su nuevo proyecto: el PaperFuge.
El Paperfuge es un centrifugador que nos permite hacer análisis de sangre para detectar enfermedades como el VIH o la Malaria. Pero esto no tiene nada de novedoso si no fuese porque tiene un coste de 20 céntimos de dólar y puede ser utilizado por cualquiera. ¡No es necesario ahora tener un equipamiento de laboratorio de cientos de euros para hacerlo!
Fuente: Wired
Después de haber probado otros métodos como las peonzas o los yoyós, pero en el primer caso ni la velocidad ni la duración eran suficientes y en el segundo la habilidad necesaria para alcanzar altas revoluciones hacía casi imposible lograr esa velocidad necesaria para separar el plasma en una muestra de sangre.
Fue ahí cuando se vio inspirado por un juguete milenario de cuando era niño en la Indica llamado whirligig o molino giratorio, hecho de papel. Después de la primera prueba hecha por él mismo en su casa en la que vio que alcanzaba más de 10.000 rpm, se dio cuenta de que esa era la solución que estaba buscando. Ahí comenzaron a desarrollar el paperfuge que hoy es capaz de llegar hasta 125.000 rpm durante 90 segundos, mucho más de lo necesario para separar el plasma en la sangre.
Este invento supone que millones de personas puedan tener acceso a servicios médicos que antes sería imposible o que supondrían un coste que no podrían pagar.
Para nosotros es un magnífico ejemplo de lo que un maker debe ser. Un pensamiento crítico y con capacidad de resolución de problemas, trabajo en equipo y colaboración para llevarlo a cabo y un uso de la tecnología al servicio de las personas.
Así que no lo pienses más y saca el lado maker que llevas dentro, el mundo está lleno de oportunidades si observas con una mirada hacedora. 😉
Más información científica del proyecto aquí.
Imagen de portada: A 50-cent microscope that folds like origami