Me decidí a estudiar biología cuando descubrí la genialidad del método científico y como poder aplicarlo al estudio de los seres vivos. Observar la naturaleza, preguntarme el cómo y dudar del porqué, pensar en posibles soluciones y realizar experimentos para llegar al conocimiento me pareció un plan fantástico.
Durante esos años realicé algunos cursos para profundizar más, como el de Grandes mamíferos africanos o el de Especies emblemáticas del Mediterráneo entre otros. Además colaboré también en proyectos de gestión de parques naturales, como la geolocalización de especies invasoras en el Parque Natural de Corrubedo.
Paralelamente, durante varios años, fui monitora voluntaria en una organización de ocio infantil y juvenil. En ese ambiente joven y divertido, donde aflora la curiosidad y la creatividad, pude disfrutar realizando manualidades, inventando juegos, organizando espectáculos y haciendo excursiones.
Aquel voluntariado me permitió introducirme poco a poco en el interesante mundo de la educación más allá del colegio. Con los/as niños/as mi momento favorito es ese preciso instante en el que, después de observar, pensar por sí mismos y con solo un poco de ayuda, algo hace “clic” en su cerebro, ves su cara de asombro y sabes que finalmente “lo tienen”.