Hoy estamos con Javier Chouza, uno de los alumnos veteranos de VermisLAB. Javier es divertido, muy imaginativo, creativo, un poco “traste” y también muy inteligente. Quizá sea esta faceta por la que nos vamos a interesar hoy, pero estamos seguros/as de que saldrán muchas otras facetas de Javier en esta entrevista, así que vamos a leerle:

¿Cuando supiste que eras un niño de alta capacidad?

-Cuando me lo dijo mi madre, no recuerdo muy bien, supongo que con 11 o 12 años y tampoco sé muy bien cómo me lo dijo. Yo no reaccioné ilusionado o sorprendido porque no tenía muy claro qué significaba de aquella. Ahora lo tengo más claro, se supone que ser de alta capacidad significa tener una destreza en algún tipo de inteligencia en concreto o en varias.

¿Qué pensaste en ese momento?

-No me acuerdo pero supongo que habré dicho “¡qué guay!”, es una especie de ¿ventaja? sigo sin tenerlo muy claro esto.

¿Cómo recuerdas las clases en el cole y en la ESO?

-Estuve en dos coles, en uno me hicieron mucho bullying, no el de que te roban el bocadillo sino más bien de burlarse, insultarme. Esto me ofendía bastante y de aquella no se lo había contado a nadie porque no es que me hubieran amenazado con pegarme, fue que no conocía esa especie de ayuda que puedes pedir a un profesor o a los padres, aunque algunos profes eran bastante ignorantes en este aspecto. Lo que más me ayudó fue una madre que se enteró de que me estaban acosando todos los días, se enteró por una amiga y esta madre avisó a la mía y tomó medidas. Ahí aprendí que si te ocurre esto debes contarlo inmediatamente y no dejar que vaya a más, porque ya estaba empeorando la cosa. Mi consejo a los niños que sufren acoso es que lo digan, que lo esparzan, porque cuantas más personas sepan de esto más personas te van a apoyar, te van a ayudar, entonces llega un momento en el que ese grupo que te apoya es más grande que el grupo de matones.

Esto fue tan grave que llegó a una orden de alejamiento a una persona y este chico era muy pillo, porque no me podía tocar, entonces pensó en decirle a su grupito que me insultaran por él. Al final mi madre llegó al punto de cambiarme de colegio y acabar con el problema, esa decisión fue muy buena, fue estupenda.

En mi otro colegio la profesora era muy estricta y el primer día le di un abrazo de cariño pero pensó que era una cosa que habíamos hecho para burlarnos de ella y llamó a mis padres, al final del curso se dio cuenta de que yo era un amor pero la primera impresión que se llevó de mi fue negativa, jajaja.

¿Y qué tal con tus compañeros/as de clase? ¿Pensabas que eran niños diferentes a ti?

-Sí, todos éramos muy distintos. En el físico era obvio, pero en la mente pues éramos muy distintos, cada uno con sus ideas, chistes muy divertidos y había varios compañeros que ya no volví a ver.

¿Qué es para ti un niño guay?

-Es un niño que es tremendamente simpático, con mucho humor, que entiende las bromas y se ríe de ellas, aunque siempre hay un límite, y que también… lo podría describir como me dijo un profesor “un niño que estudia matemáticas, es muy listo y estudia de todo”, sí, una persona estudiosa, que le gusta aprender. Y la gente que no le gusta aprender también me parece guay, con tal de que se esfuercen, es lo que valoro, esforzarse por hacer las cosas.

¿La sociedad tiene ese concepto?

-Para nada. Según lo que veo para la sociedad es un niño malote, que va de guay como dirían. El típico que va con la sudadera o chaqueta de cuero negro, con el peinado a lo Elvis… Y que tiene esta moto Harley tope guapa… En mi clase el guay es el niño estudioso y que va de guay de malote, combina las dos cosas, es una mezcla muy rara.

Y en la actualidad ¿cómo es tu grupo de amigos/as? 

-Bueno, jajaja, tengo varios grupos. El grupo pequeño en el que casi siempre hablamos de memes, bromas relacionadas con las ciencias, mates, etc. y también nos divertimos hablando de series y animes que vemos. Luego está el otro grupo que es más amplio y que también engloba a este otro grupo más pequeño, que estamos juntos en los recreos hablando de cosas… de jóvenes adolescentes… jajaja. Estamos con las hormonas hasta arriba ¡qué le vamos a hacer!

¿Qué os gusta hacer juntos?

-No tenemos ni la más remota idea de qué hacer en cada recreo de nuestros días, ¡ni idea! Por eso lo único que hacemos es hablar y como se agotan los temas nos pasamos muy rápido de uno a otro. Antes solíamos jugar al ajedrez pero con el tema Covid no está la biblioteca al 100%, entonces este año no hay ajedrez y la biblioteca está muy limitada por el aforo.

Fuera del insti no quedamos para hacer cosas, solo hablamos por Discord, porque somos un poco antisociales, jajaja. Las pocas veces que quedamos vamos a la piscina, vemos la tele, nos reímos de series antiguas, etc.

¿Y en Discord?

-Normalmente cada uno juega a lo suyo y si cuadra hacemos un Gartic Phone que es una de las pocas cosas que hemos hecho juntos.

¿Qué cosas te gusta hacer en tu tiempo libre?

-Jugar a juegos de la Wii o de Steam. 

altas capacidades etiqueta diagnóstica

¿Crees que la alta capacidad te ha potenciado o te ha favorecido a la hora de realizar alguna actividad?

-Siempre pensé que lo de la alta capacidad era una especie de beneficio, pero luego pensé que da un poco igual porque seré buenísimo en mates pero se me da fatal redactar literatura. Esto es como los mensajes que te das, si te dices todo el tiempo “no puedo hacerlo” entonces llegas a la conclusión de que no puedes, de que no lo intentes ya porque no puedes, por eso hay que tratar de darse mensajes positivos. Por eso cuando me dijeron lo de alta capacidad me sentí contento porque tenía algo bueno y eso me ayudó en el día a día a tener pensamientos más positivos y no decirme que no puedo hacer algo.

Pero odio presumir, no solo de esto, sino de lo que tengo o de las notas que saco. De hecho un compañero descubrió que era de alta capacidad y no quería que se lo dijera a la clase porque no quería presumir de ello, pero se lo dijo a toda la clase. Hay una compañera que es muchísimo más lista que yo, más buena en todas las asignaturas y no sé qué CI tiene pero yo creo que mucho y eso le ayuda, es cierto, hay cosas que ayudan. Pero lo más importante es la confianza en ti mismo a la hora de hacer diversas actividades y el esfuerzo que pones para lograr las cosas, yo a los jóvenes les diría que se esforzaran, eso es lo que les abrirá el camino que quieran seguir.

¿A ti qué te ha dado esa confianza, la alta capacidad u otros aspectos?

-Eso y el apoyo que recibí desde fuera, todo lo que me rodea.

¿Crees que en algún momento tener altas capacidades te ha perjudicado?

-No, en verdad no. ¿Te refieres a que soy distinto de los demás y les caigo peor? Todos somos distintos como te dije al principio, con sus beneficios y perjuicios. No siento que me haya perjudicado en nada.

¿Cómo te ves en el futuro?

-Me veo, por un lado, trabajando en las típicas oficinas de una empresa que solo son paredes, tecleando, programando, creando un videojuego de una empresa conocida y a veces sueño con ello pero no sé si eso está lejos o no. Por otro lado, me veo de profesor en una universidad dando programación, porque mi madre me dice que soy simpático y que me gusta enseñar entonces que valdría como profesor, yo me noto capacitado y con ganas de ser profesor.

El año que viene vas a la universidad…

-¡Es verdad! Lo pensaré al acabar el curso porque a lo mejor no lo saco… cuando llegue el momento lo pensaré. Tengo ganas la verdad.

 

Así es Javier Chouza, un chaval divertido, soñador, empático, responsable, un adolescente “hormonado hasta las cejas”, un estudiante preocupado por su futuro y un futuro programador de videojuegos. 

Porque Javi es mucho más que una etiqueta como puede ser la “alta capacidad”, y más allá de lo que esta etiqueta pueda suponer Javi es un adolescente más que vive la vida como los demás. Por eso queríamos hacer esta entrevista, para visibilizar que las etiquetas pueden ser útiles en algunos ámbitos (por ejemplo en el académico para que los docentes puedan hacer adaptaciones curriculares si es necesario), pero fuera de ahí, en el día a día, la etiqueta se desvanece y, por suerte, nos deja ver el interior de cada uno de los niños y niñas que nos acompañan cada semana en VermisLAB 😀