La problemática ambiental actual nos obliga a tomar conciencia de la repercusión de nuestros actos sobre el medio ambiente y a actuar en base a ello. Como adultos además, tenemos la responsabilidad de ayudar a los más jóvenes en la toma de conciencia de los problemas medioambientales y a crear un modo de vida sostenible. La clave, como siempre, está en la educación.
¿Qué es la educación ambiental?
La educación ambiental se define como el proceso permanente en el cual los individuos toman conciencia del medio y aprenden los conocimientos, los valores y también la determinación que les capacite para actuar en la resolución de los problemas ambientales presentes y futuros.
La educación ambiental no es otra asignatura más a impartir en los colegios tres horas a la semana. Se trata de una educación que se inicia en casa pero que continúa en el colegio, en el supermercado y en la excursión al campo del fin de semana. Es una educación que en muchos casos se da de manera inconsciente debido al aprendizaje por imitación por parte de los niños. Por ese motivo, una de las claves será dar ejemplo con nuestras acciones día a día, para que ellos adopten también unos hábitos ecológicamente sostenibles.
Por otra parte, la educación ambiental puede ser una educación planificada, donde los niños participen activamente realizando actividades en las que aprendan divirtiéndose.
Cómo fomentar la educación ambiental en familia
-Realizar excursiones al aire libre y jugar a identificar las distintas especies que vamos encontrando y aprender más sobre ellas con la ayuda de guías de campo infantiles.
-Visitar museos de historia natural, fundaciones o exposiciones para que puedan ver la gran diversidad de nuestro entorno. Ejemplos: Museo Historia Natural de Santiago de Compostela, Naturnova Afundación.
-Acordar entre todos y hacer una lista de los hábitos que queréis cambiar o adquirir para ser más ecológicamente sostenibles. Por ejemplo ir al supermercado con bolsas reutilizables, no usar el coche si se puede ir andando o en bicicleta, etc.
-Realizar concursos familiares de adquisición de hábitos para un día a día más ecológicamente sostenible. Podéis hacer una tabla con todas las pautas que se os ocurran: apagar la luz cuando sales de la habitación, reciclar, no malgastar agua, etc. Así, cuando alguien sea “cazado” incumpliendo una norma será “multado” teniendo que hacer tareas extra, por ejemplo.
-Organizar entre todos el rincón de reciclaje; hacer los carteles de los distintos contenedores con cartulinas y dibujar en ellos qué cosas van en cada uno. Así se sentirán parte de ello y aprenderán de manera fácil que va en cada contenedor.
-Realizar manualidades con material reutilizado. En páginas como Pinterest podéis encontrar infinidad de ideas para inspiraros en vuestra creaciones.
Fuente: Pinterest
-Apuntarse a iniciativas SOCIALES para incentivar el reciclaje. La Tropa Verde sería un ejemplo de ello.
-Acudir a cursos, jornadas o talleres de temas medioambientales para aprender juntos. Por ejemplo: Sociedad Galega de Educación Ambiental (SGEA) o Alados.
Estas son solo algunas ideas para llevar a cabo en familia pero hay muchas otras alternativas. El objetivo principal es que los niños conozcan más su entorno para que así puedan aprender a respetarlo, quererlo y tomar consciencia de la importancia de su conservación. Solo así serán capaces de comprometerse a llevar a cabo sus actividades diarias respetando el máximo posible el medio ambiente.