“Aunque supiera que mañana se acaba el mundo, hoy mismo plantaría un árbol”

Martín Luther King

Vivimos cada vez más en ambientes urbanos, ya que en cierta manera nos permite tener acceso a cosas que de otro modo pensamos que no podemos disponer, mejores colegios, acceso rápido a la sanidad, trabajo, etc. Pasamos mucho tiempo hiperconectados, nosotros/as y nuestros niños/as. No pretendo que esto sea una crítica ni mucho menos, es el mundo que nos rodea, pero si no le ponemos remedio caeremos en el llamado déficit por la naturaleza. Este término fue acuñado por el periodista estadounidense Richard Louv, que habla de los problemas emocionales e incluso físicos provocados por esa falta de contacto con la fauna y flora.

Es importante que nos paremos a pensar de dónde venimos, son millones de años de evolución donde el ser humano ha vivido y peleado en la naturaleza, formamos parte de ella y realmente somos su esencia. Muchas veces los factores que nos rodean nos obligan a vivir lejos de ese contacto, pero… ¿podemos ponerle remedio? ¿Es importante que los/as niños/as aprendan en la naturaleza? Nosotros creemos que sí y en este post os explicamos algunos motivos:

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La naturaleza es una gran pantalla para los sentidos

Los/as niños/as cuando están en el campo desarrollan todos los sentidos a la vez, perciben olores, sonidos, tacto… esto hace que desarrollen la curiosidad innata que tienen y las preguntas aparecen por sí solas, además estas experiencias se van guardado en nuestros rincones secretos del cerebro y cuando nos hacemos adultos ocurre, por ejemplo, que un simple olor a jara nos transporta a nuestra más tierna infancia, reviviendo la experiencia como si estuviéramos en ese lugar. Es una forma de trabajar el cerebro con miles de impulsos recibidos desde el exterior.

Podemos convertir cosas abstractas en algo real que pueden percibir

Podemos hablar del sol, del color de las hojas, de cómo son las piedras… Todo esto mientras las tocamos, vemos y acariciamos. La manera de aprender es más rápida y dinámica que viéndolo en un libro, consiguiendo además que todas estas experiencias se interioricen.

Influye también en el desarrollo de la psicomotricidad

Un/a niño/a libre en un campo desarrolla la psicomotricidad mucho más deprisa que estando sentado en casa delante del televisor o en algún tipo de juguete electrónico. A nivel salud queman calorías y es una buena forma de prevenir la obesidad, evidentemente junto con una buena alimentación. Correr, saltar, subirse a un árbol… actividades muy influyentes sobre todo en la salud física y mental de nuestros/as pequeños/as.

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Se afianzan las relaciones entre familias y amigos/as

Las salidas al campo son un buen momento para ser un ser social. Observar la naturaleza y participar de ella es una actividad divertida, motivadora, educativa y de tiempo de calidad. Está claro que no siempre podemos disfrutar de la naturaleza, por estar lejos de ella o por no disponer de tiempo para ello, pero os daré algunas claves que funcionan muy bien para acercar a los/as niños/as a la naturaleza con los recursos que tenemos.

Esta actividad es muy fácil de hacer y cualquier lugar de la casa iluminado nos puede servir. Los materiales a utilizar puede ser desde una caja de madera hasta una botella y en ellas podemos poner, por ejemplo, semillas de tomates, semillas que vamos recogiendo de los alimentos que comamos y el/la niño/a tiene que encargarse de regarlo y cuidarlo. Cuando las plantas crecen y dan sus frutos la experiencia es realmente maravillosa.

  • Busca zonas verdes cerca de tu casa

Normalmente estamos rodeados o tenemos cerca alguna zona verde, en ocasiones tenemos que explorar un poco pero valdrá la pena encontrar un espacio natural por pequeño que sea. Cuando lo encontremos lo primero será dejar que los/as niños/as lo exploren y ayudarles a identificar árboles, hojas, plantas, nidos de pájaros…

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  • Podemos sembrar un árbol

Esta actividad podemos realizarla desde el principio, cogeremos semillas de la zona donde están los árboles, buscaremos que tipo de semilla es, la plantamos en una maceta, botella o cualquier recipiente que tengamos, fomentando también el reciclaje, la etiquetamos y  esperamos a que germine. Cuando esto ocurra nos iremos a la misma zona donde la encontramos y podemos plantarla, esto será una forma de organizar pequeños paseos para ver cómo nuestro árbol va creciendo.

  • Podemos observar la noche

Enseñarles las estrellas y la luna a los/as niños/as es algo que les encanta, es una experiencia fácil de realizar y además podemos buscar tutoriales sencillos sobre el universo e incluso construir pequeños instrumentos de observación, que a nuestros/as niños/as les encantará. Por la noche también podemos ir a zonas de campo y aprender a escuchar la fauna de la noche, es una manera de que pierdan el miedo a la oscuridad y los ruidos desconocidos.

  • Tener una mascota

Este tema es más personal y más difícil de llevar a cabo, pues es muy importante la responsabilidad que adquirimos. Tenemos que saber que las mascotas son seres vivos y la responsabilidad es muy grande.

Es importante dejar que los/as niños/as participen de la naturaleza, que la entiendan, que la disfruten, que la respeten y que comprendan que formamos parte de ella y que es nuestro deber cuidarla. Para ellos/as tiene que ser como una gran sala de juegos, donde mejoran su salud, la atención, el desarrollo cognitivo, la autonomía y muchas cosas más que no debemos dejar que se pierdan 😀